SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
La VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDÍACA (VFC) es un marcador bien establecido de la función del sistema nervioso autónomo, tanto simpático como parasimpático.
El SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO prepara al organismo para situaciones estresantes o de emergencia, es decir, para la lucha o la huida. Por lo tanto, el sistema simpático aumenta la frecuencia cardíaca y la fuerza de las contracciones del músculo cardíaco y ensancha (dilata) las vías respiratorias para facilitar la respiración. Hace que el organismo libere la energía almacenada. La fuerza muscular aumenta. Este sistema también produce sudor en las palmas de las manos, dilatación de las pupilas y erección del vello. Hace más lentos los procesos corporales menos importantes en situaciones de emergencia, como la digestión y la micción.
Sin embargo, el SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO controla los procesos corporales durante situaciones ordinarias. Habitualmente, el sistema parasimpático se dedica a conservar y restaurar. Retarda la frecuencia cardíaca y disminuye la presión arterial. Estimula el tubo digestivo para procesar los alimentos y eliminar los residuos. La energía procedente de la transformación de los alimentos se utiliza para restaurar y formar tejidos (1).
En la social actual del “YO PUEDO CON TODO” el sistema nervioso simpático es predominante sobre el sistema nervioso parasimpático. Somos SERES AUTOEXPLOTADOS lo que nos hace estar constantemente en alerta impidiendo que nuestro cuerpo se conserve y repare. (RECOMIENDO LEER LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO DEL AUTOR BYUNG-CHUL HAN).
LO QUE NECESITAS SABER SOBRE LA VFC
La VFC es la VARIABILIDAD QUE HAY ENTRE LATIDO Y LATIDO DEL CORAZÓN, es decir, cuando alguien tiene una frecuencia cardíaca en reposo de 60 latidos por minuto, pensaríamos que el corazón late a una frecuencia de 1 latido por segundo, pero en realidad, hay variación en el tiempo entre latidos, por ejemplo, podría haber un intervalo de 0,8 segundos entre 2 tiempos y luego un intervalo de 1,2 segundos entre el siguiente, etc. Esta variabilidad entre los latidos es importante porque es indicativa de la fuerza/aporte del sistema nervioso parasimpático, el sistema de descanso y reparación del cuerpo. Por lo tanto, la VFC nos va a permitir valorar y evaluar nuestro sistema nervioso simpático permitiéndonos conocer como esta nuestra salud. Las personas sanas tendrán puntuaciones de 40 a 70, y los mejores atletas de resistencia pueden tener números de 90 a 100 (o incluso más). Por el contrario, las personas menos saludables tendrán números en el rango inferior a 40, y todo lo que sea por debajo de 20 puede ser motivo de preocupación. Siempre dependerá de la edad, es decir, a mayor edad nuestra VFC siempre será más baja (2).
Estados de VFC altos muestran un buen estado de salud, mientras que, la REDUCCIÓN DE LA VFC, que refleja el desequilibrio del sistema simpático y parasimpático (es decir, el aumento de la actividad simpática o la reducción de la actividad vagal), se asocian con factores de riesgo cardiovascular como la inactividad física, la hipertensión, la diabetes y las propias enfermedades cardiovasculares (ECV).
Se ha demostrado que el desequilibrio del sistema nervioso autónomo, con un cambio hacia un aumento del tono simpático y la disminución del tono simpático, está asociado con un mayor riesgo de MORTALIDAD CARDÍACA. Por lo tanto, la VFC se ha convertido en una herramienta importante y bien reconocida para identificar a los pacientes con riesgo de muerte cardiovascular (3).
¿PARA QUÉ ES ÚTIL LA VFC EN UN DEPORTISTA?
Se ha propuesto que la prescripción de entrenamiento de acuerdo con el estado de la actividad vagal cardíaca, medido a través de la VFC puede ser un método beneficioso para mejorar la adaptación al entrenamiento de resistencia, ya que se ha observado ampliamente, que la actividad vagal del sistema nervioso autónomo está relacionada con la adaptación individual al entrenamiento de resistencia.
Estoy quiere decir que un entrenamiento de exigencia será mejor asimilado por el deportista con una VFC normal, que un día que tiene, por diversos motivos, una VFC baja o extremadamente alta.
En DEPORTES DE RESISTENCIA la desviación de la VFC, es un marcador no invasivo de adaptación aguda y crónica al ejercicio de resistencia. A corto plazo (p. ej., dentro de las 48 h posteriores al ejercicio), se cree que la recuperación de la VFC al valor inicial coincide con la restauración de los procesos termorreguladores, metabólicos, hemodinámicos y relacionados con el equilibrio de líquidos, que se ven alterados por el esfuerzo físico (4,5).
A largo plazo (p. ej., semanas o meses), los perfiles de VFC que reflejan valores de reposo más altos y/o más estables se han asociado con mayores mejoras en los resultados de aptitud física postintervención entre personas sedentarias, moderadamente entrenadas, poblaciones altamente capacitadas y clínicas.
Tradicionalmente, el índice de VFC se ha medido con ECG, y cuantificado por medio de RMSSD. Actualmente, el desarrollo y la validación de nuevas aplicaciones (es decir, aplicaciones para teléfonos inteligentes: Kubios-HRV, Elite-HRV, Mobile Lab o HRV4Training) facilitan las mediciones diarias de HRV y su cuantificación y, por lo tanto, la adaptación individual de las cargas de entrenamiento y la recuperación (6).
¿CÓMO MEJORAR LA VFC?
El entrenamiento con EJERCICIO mejoró la VFC en pacientes con Diabetes tipo II e Hipertensión (ya que sabemos que la hipertensión está fuertemente relacionada con una baja VFC), con una disminución en la actividad simpática y un aumento en la actividad parasimpática. El entrenamiento de resistencia demostró los beneficios más fuertes en los parámetros de la VFC, pero también han sido demostrado el beneficio del entrenamiento aeróbico para el aumento de la VFC.
Además, la mejora del sueño y unos hábitos alimentarios correctos evitando el consumo de alcohol, el tabaco y las drogas también van a colaborar a la mejora de la misma (5).
BIBLIOGRAFÍA
1. Cygankiewicz I, Zareba W. Heart rate variability. En: Handbook of Clinical Neurology. Elsevier; 2013 p. 379-93. Disponible en: https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/B9780444534910000316
2. Tegegne BS, Man T, van Roon AM, Snieder H, Riese H. Reference values of heart rate variability from 10-second resting electrocardiograms: the Lifelines Cohort Study. Eur J Prev Cardiol. 2020;27(19):2191-4. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7734556/
3. Kleiger RE, Miller JP, Bigger JT, Moss AJ. Decreased heart rate variability and its association with increased mortality after acute myocardial infarction. Am J Cardiol. 1987;59(4):256-62. Disponible en: https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/0002914987907958
4. Vesterinen V, Nummela A, Heikura I, Laine T, Hynynen E, Botella J, et al. Individual Endurance Training Prescription with Heart Rate Variability. Med Sci Sports Exerc. julio de 2016;48(7):1347-54.
5. Javaloyes A, Sarabia JM, Lamberts RP, Moya-Ramon M. Training Prescription Guided by Heart-Rate Variability in Cycling. Int J Sports Physiol Perform. 2019;14(1):23-32.
6. Granero-Gallegos A, González-Quílez A, Plews D, Carrasco-Poyatos M. HRV-Based Training for Improving VO2max in Endurance Athletes. A Systematic Review with Meta-Analysis. Int J Environ Res Public Health. 2020;17(21):7999.
7. Picard M, Tauveron I, Magdasy S, Benichou T, Bagheri R, Ugbolue UC, et al. Effect of exercise training on heart rate variability in type 2 diabetes mellitus patients: A systematic review and meta-analysis. PLoS ONE. 2021;16(5):e0251863. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8128270/